Radiohead regresa a los escenarios y volver a tocar juntos es el acto más valiente de su carrera

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Thom Yorke y Jonny Greenwood ya no están de acuerdo en algo fundamental. Ed O’Brien estuvo al borde del colapso. Y sin embargo, después de siete años de silencio, Radiohead regresa a los escenarios sin saber muy bien qué viene después. Entre el 4 de noviembre y el 12 de diciembre, cinco ciudades europeas serán testigos de un experimento de convivencia en tiempo real.


En corto:

Radiohead vuelve con 20 conciertos concentrados en residencias de cuatro noches en Madrid, Bolonia, Londres, Copenhague y Berlín. Tocarán «in the round» (en círculo, rodeados por el público) por primera vez desde 1993. No hay álbum nuevo ni planes más allá de diciembre. El regreso está marcado por el duelo de Thom Yorke tras la muerte de su exesposa, la depresión profunda de Ed O’Brien y una grieta ideológica pública entre Yorke y Jonny Greenwood sobre el conflicto Israel-Palestina. Mientras tanto, «Let Down» explotó en TikTok y entró al Hot 100 casi tres décadas después de su lanzamiento.

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Radiohead 2025: cuando volver a tocar juntos es el acto más valiente

A veces la música te duele físicamente y entiendes que hay que parar

Hay algo profundamente perturbador en escuchar a Thom Yorke admitir que la música le causaba dolor físico. No metafórico, no poético. Dolor real, corporal, insoportable. Porque si eres Thom Yorke, la música no es tu trabajo, es tu sistema nervioso central. Es el idioma en el que piensas, respiras, existes. Y cuando ese idioma te traiciona, cuando se vuelve contra ti, ¿qué te queda?

La respuesta, en 2018, fue detenerse por completo.

Rachel Owen, la primera esposa de Yorke y madre de sus dos hijos, falleció en diciembre de 2016. Y Yorke, como tantos de nosotros cuando enfrentamos el duelo, nunca se permitió realmente procesar la pérdida. Siguió trabajando, siguió componiendo, siguió siendo Thom Yorke. Hasta que su cuerpo dijo basta. «Nunca me permití realmente estar de duelo», confesó en una reciente entrevista con The Sunday Times. «Las ruedas se salieron un poco, así que tuvimos que parar».

Esta no fue una decisión estratégica de las que suelen tomar las bandas para generar expectativa. No fue una pausa calculada para renovar el contrato discográfico. Fue, simplemente, una necesidad de supervivencia.

Y no era solo Yorke quien se desmoronaba.

Ed O’Brien y la larga noche del alma que casi acaba con todo

Ed O’Brien, el guitarrista cuya presencia en Radiohead siempre ha sido la de un ancla emocional, un traductor entre los egos creativos, estaba harto. «Efectivamente acabado con Radiohead», en sus propias palabras. Para 2018, O’Brien confesó que aunque disfrutaba los conciertos, «odiaba el resto». La desconexión era total. El agotamiento, absoluto.

¿Qué lleva a alguien que ha dedicado su vida entera a un proyecto a decir públicamente «estoy acabado»? La respuesta está en lo que vino después. En 2021, O’Brien atravesó lo que él mismo describe como «una larga y oscura noche del alma», una depresión profunda que lo obligó a replantearse todo. Su relación con la banda, con la música, consigo mismo.

Pero aquí está la parte interesante, la que desde Fanky.cl nos parece fundamental para entender este regreso: cuando O’Brien salió de ese pozo oscuro, no surgió con resentimiento sino con una claridad casi luminosa. «Una de las cosas encantadoras al salir de eso fue darme cuenta de cuánto amo a estos chicos», dijo en la entrevista. «Los conozco desde que tenía 17 años. Tenemos canciones estelares».

Esa frase, «tenemos canciones estelares», es todo. Es lo único que quedaba en pie después del terremoto emocional. Y resultó ser suficiente.

¿Qué significa exactamente tocar «in the round» y por qué importa?

Ahora, en este preciso instante mientras lees esto en Fanky, Radiohead está a días de subir al escenario por primera vez en más de siete años. Las fechas arrancan el 4 de noviembre con residencias de cuatro noches en cinco ciudades: Madrid, Bolonia, Londres, Copenhague y Berlín. Todas agotadas en minutos, por supuesto. El hambre del público por verlos es voraz, casi desesperada.

Pero lo verdaderamente fascinante no es que la banda haya vendido todas las entradas (eso era previsible), sino cómo han decidido regresar.

Van a tocar «in the round», en círculo, con el público rodeándolos desde todos los ángulos. Es un formato que no usaban desde 1993, cuando abrían para Ned’s Atomic Dustbin y nadie sabía quiénes eran. Es deliberadamente anti-espectacular, anti-rockstar. Es vulnerable.

¿Por qué este formato en particular? Porque obliga a respirar con la sala. Es menos desfile de estadio y más ceremonia de proximidad. Radiohead sabe que la mística se cocina en la reverberación a 360°, con la banda rodeada por miradas que cambian de ángulo en cada compás. No hay pantallas gigantes que medien la experiencia. No hay un «frente» y un «atrás». Es una declaración: «No estamos aquí para demostrarles nada. Estamos aquí para tocar música juntos y ver qué pasa».

El setlist de Radiohead como democracia forzada (o cómo elegir 65 canciones cada noche)

Y sobre el repertorio, aquí es donde la cosa se pone realmente interesante. Yorke envió inicialmente una lista de 65 canciones para que la banda eligiera. Sí, 65. Como si después de siete años de silencio quisiera desempolvar cada rincón de su catálogo, revisitar cada versión de sí mismos que han sido.

Pero ¿cómo decides qué tocar cuando tienes un catálogo tan vasto y cada miembro tiene sus favoritas? La solución es casi hilarante en su pragmatismo: crearon un «comité de repertorio» formado por Yorke, O’Brien y Philip Selway que decide la lista de canciones apenas unas horas antes de cada show.

Es democracia en tiempo real. Es consenso forzado. Es una manera de decir: «Vamos a tener que ponernos de acuerdo, cada noche, sobre quiénes somos».

Esta variabilidad garantiza que ningún concierto será igual al anterior, lo que ha sido una característica distintiva de las mejores bandas en vivo. Para los fans, significa que asistir a múltiples fechas tiene sentido real. Para la banda, significa que no pueden entrar en piloto automático. Tienen que estar presentes, cada noche, decidiendo juntos.

La pregunta incómoda que todos hacen y nadie quiere responder honestamente

Cuando los periodistas preguntaron sobre nuevo material, las respuestas fueron… evasivas en el mejor de los casos, brutalmente honestas en el peor.

Jonny Greenwood: «No lo sé».

Thom Yorke: «No hemos pensado más allá de la gira. Estoy simplemente atónito de que hayamos llegado hasta aquí».

Lean eso de nuevo. «Atónito de que hayamos llegado hasta aquí». Esa no es la declaración de una banda con un plan quinquenal. Es la confesión de alguien que está sorprendido de seguir vivo, de seguir funcional, de seguir junto.

Colin Greenwood, el bajista y quizás el más optimista del grupo, había insinuado semanas antes que «algo podría surgir» durante la gira. Pero incluso esa declaración suena más a esperanza que a certeza.

¿Significa esto que Radiohead nunca volverá a grabar? No necesariamente. Pero sí significa que la prioridad ahora es probar si pueden estar juntos en un escenario sin que todo se desmorone. El proceso creativo puede esperar.

La verdad incómoda, la que Fanky.cl no va a endulzar, es esta: Radiohead regresa como una banda de legado. Van a reinterpretar su catálogo, a darle nueva vida a canciones que ya existen, pero la maquinaria creativa que produjo OK Computer, Kid A, In Rainbows… esa maquinaria está, por ahora, apagada.

Y tal vez eso esté bien. Tal vez sea lo único posible en este momento.

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Hay una grieta que atraviesa el corazón de la banda y que nadie sabe cómo cerrar

Pero hay algo más grande, más complejo y potencialmente más destructivo que cualquier agotamiento personal o incertidumbre creativa. Hay una grieta ideológica que atraviesa el corazón de la banda, y tiene nombre: Israel y Palestina.

Este no es un tema nuevo para Radiohead. En 2017 tocaron en Tel Aviv desafiando los llamados al boicot del movimiento BDS. Roger Waters les pidió que cancelaran. Ellos se negaron. Y desde entonces, la presión no ha parado. Ha mutado, se ha intensificado, se ha vuelto personal.

En octubre de 2024, durante un concierto en solitario en Melbourne, Yorke fue abucheado por un activista pro-Palestina. Se bajó del escenario. Volvió minutos después, pero la escena quedó grabada, se volvió viral, se convirtió en un símbolo.

Y luego está Jonny Greenwood, casado con la artista israelí Sharona Katan, con raíces familiares en Israel, colaborando regularmente con músicos israelíes como Dudu Tassa. Greenwood y Tassa tuvieron que cancelar shows en el Reino Unido este año por amenazas relacionadas con protestas.

¿Cómo se sostiene una banda cuando dos de sus miembros más importantes tienen posturas irreconciliables sobre un tema tan explosivo?

Dos hombres brillantes, dos filosofías que no pueden coexistir pacíficamente

Lo que hace esta situación particularmente compleja (y desde Fanky creemos que fascinante desde el punto de vista humano) es que no se trata de buenos contra malos. Se trata de dos personas inteligentes, bien intencionadas, con filosofías fundamentalmente diferentes sobre el rol del artista en un mundo en llamas.

Thom Yorke publicó una declaración extensa a principios de 2025 describiendo la presión como «cazas de brujas en redes sociales», como una «prueba de pureza» que lo despierta por la noche. Siente que los activistas están intentando dictar el significado de su obra, robándole su propia voz. Y su argumento es potente: mientras todos pelean en Twitter, «los verdaderos criminales se están riendo de nosotros».

Su postura ha evolucionado drásticamente. Pregunta directa: ¿Volverías a tocar en Israel hoy?

Respuesta de Yorke: «Absolutamente no. No querría estar a 5,000 millas cerca del régimen de Netanyahu».

Es tajante. Es claro. Es una línea en la arena.

Pero entonces viene Jonny Greenwood con una perspectiva completamente diferente.

«Discreparía educadamente con Thom», dice. Y luego desarrolla su argumento con una lucidez incómoda: un boicot cultural podría ser contraproducente, podría ser usado por el gobierno israelí para decir «todos nos odian, deberíamos hacer exactamente lo que queremos», lo cual sería «mucho más peligroso».

Greenwood habla de ver calcomanías de «Fuck Ben-Gvir» por todas partes en Israel, de conocer artistas israelíes que están en profundo desacuerdo con su gobierno. «No puedo simplemente decir: ‘No voy a hacer música con ustedes, cabrones, por culpa del gobierno’. No tiene ningún sentido para mí».

Y luego viene su declaración más reveladora, la que explica por qué esta conversación se ha vuelto tan tóxica incluso dentro de círculos progresistas: «La izquierda busca traidores, la derecha busca conversos». Es su manera de explicar por qué se siente atacado por gente que, supuestamente, comparte sus valores.

¿Puede sobrevivir una banda a un desacuerdo tan fundamental?

Aquí está el meollo del asunto, el núcleo denso y complicado es mejor explorar sin pretender resolver: Yorke y Greenwood, los dos arquitectos creativos de Radiohead, ya no están de acuerdo en algo fundamental.

No es una discusión sobre arreglos musicales o sobre qué canciones tocar. Es una divergencia filosófica sobre cómo un artista debe responder cuando el mundo le exige tomar partido.

Yorke cree que negarse a tocar en Israel bajo el actual gobierno es un acto de integridad moral.

Greenwood cree que seguir colaborando con artistas israelíes es un acto de resistencia contra la polarización.

Ambos tienen razón. Ambos están equivocados. O mejor dicho: ambos están operando desde principios válidos que resultan ser mutuamente excluyentes.

Y Greenwood lo sabe. «Siento haberlos arrastrado a este lío», dijo, refiriéndose a Yorke y al resto de la banda. Esa frase revela todo. Hay culpa. Hay tensión. Hay la conciencia de que su vida personal (su esposa, sus colaboraciones) ha arrastrado a sus compañeros a un campo minado político.

Yorke también expresó su preocupación de que la próxima gira pudiera ser interrumpida por manifestantes. Es una posibilidad real. Las protestas en conciertos se han vuelto cada vez más comunes en los últimos años, especialmente cuando artistas tienen posturas públicas sobre temas políticos divisivos.

Cuando «Let Down» se convirtió en la banda sonora de la Generación Z deprimida

Y luego, porque la vida tiene un sentido del humor retorcido, está lo de «Let Down».

La canción que Thom Yorke «luchó con uñas y dientes» para que NO estuviera en OK Computer se volvió viral en TikTok en 2024 y entró por primera vez al Billboard Hot 100 a 28 años de su lanzamiento. Los adolescentes de la Generación Z la adoptaron como su himno existencial. Es, literalmente, la banda sonora de su ansiedad colectiva.

¿Por qué una canción melancólica de 1997 resuena con adolescentes de 2025? La respuesta es más simple de lo que parece.

Yorke encuentra esto «especialmente bizarro», y uno puede entender por qué. Ed O’Brien tuvo que amenazarlo en 1997 con irse de la banda si no la incluían. «Si no está en el álbum, me voy», le dijo. O’Brien consideraba que era el «corazón emocional» de OK Computer.

Y ahora, 28 años después, los hijos de O’Brien (de 18 y 21 años) le explicaron el éxito de la canción con una simplicidad brutal: «¿Qué esperas, papá? Los adolescentes están deprimidos. ¡Es música deprimente!».

Hay algo perfectamente circular en esto. Una canción que Yorke rechazó, que O’Brien salvó, que se convirtió en un clásico contra la voluntad de su compositor principal, ahora resuena con una generación que ni siquiera había nacido cuando se grabó.

Es el recordatorio definitivo de que el arte, una vez lanzado al mundo, ya no te pertenece. Se convierte en lo que otros necesitan que sea. Y en 2025, lo que Gen Z necesita es una canción que articule su melancolía sin condescendencia, sin soluciones fáciles, sin promesas de que todo mejorará.

Guía práctica para fans que quieran seguir la gira de Radiohead

Fechas y ciudades:

  • Madrid: 4-7 de noviembre
  • Bolonia: 15-18 de noviembre
  • Londres: 26-29 de noviembre
  • Copenhague: 3-6 de diciembre
  • Berlín: 9-12 de diciembre

¿Cómo seguir los conciertos en tiempo real? La banda no ha anunciado transmisiones oficiales, pero históricamente los fans comparten setlists en vivo a través de Setlist.fm y redes sociales. Además, siempre aparecen grabaciones de audio de alta calidad en los días siguientes.

¿Qué esperar del setlist? Con 65 canciones en rotación y un comité que decide horas antes, cada noche será diferente. Si hay una canción específica que quieres escuchar, la única certeza es la incertidumbre.

¿Por qué esto importa desde Chile? Porque Radiohead ha sido uno de los grandes alfabetizadores emocionales de nuestra generación. La forma en que vuelven —conciertos concentrados, montaje circular, narrativa honesta del desgaste— es una clase magistral para cualquier escena local que busque sostener carreras largas sin devorarse por dentro. Y porque su catálogo, hoy reactualizado por TikTok, sigue siendo un mapa para pensar el presente, incluso desde el Biobío o Ñuble, donde las canciones funcionan como otra latitud.

El regreso más frágil y más necesario del rock actual

Entonces, ¿qué es exactamente lo que está a punto de suceder en noviembre?

Desde Fanky, creemos que no es un regreso triunfal. No es un ejercicio de nostalgia calculada. No es el preludio de un nuevo álbum revolucionario.

Es, en cambio, algo mucho más valiente y mucho más frágil: es una banda de personas que se conocen desde los 17 años, que atravesaron crisis individuales devastadoras, que no están de acuerdo en cosas fundamentales, que no saben si van a hacer música nueva juntos, pero que aun así decidieron subir al escenario y tocar.

Es un acto de fe. No en el futuro, necesariamente, sino en el presente. En la posibilidad de que compartir un escenario, rodeados de público, eligiendo canciones juntos cada noche, pueda ser suficiente.

Yorke tiene miedo de que los conciertos sean interrumpidos por protestas. Greenwood se siente culpable de haber metido a la banda en un lío político. O’Brien apenas salió de una depresión profunda. Ninguno sabe si habrá un décimo álbum.

Y sin embargo, ahí van.

La lección que nadie pidió pero todos necesitábamos escuchar

Hay una lección aquí, aunque no sea la que esperábamos. No es sobre cómo superar las diferencias ideológicas (claramente, ellos no las han superado). No es sobre cómo volver a ser creativos después de una pausa larga (ni siquiera saben si eso va a pasar).

La lección es sobre el coraje de continuar sin certezas.

Es sobre aceptar que puedes amar profundamente a personas con las que estás en desacuerdo fundamental. Es sobre reconocer que el dolor puede hacerte incapaz de crear, pero que la recuperación, aunque lenta, es posible. Es sobre entender que el legado de un artista es algo vivo, incontrolable, que muta con cada generación que lo descubre.

Radiohead en 2025 no es la banda que cambió la música en los 90. No es la banda que experimentó radicalmente en los 2000. No es ni siquiera la banda que lanzó su último álbum por sorpresa en 2016.

Es una banda de hombres de más de 50 años que están aprendiendo, en tiempo real, frente a todos nosotros, que seguir juntos es más difícil y más importante de lo que alguna vez imaginaron.

Y eso, honestamente, es más interesante que cualquier álbum nuevo.

¿Qué viene después de diciembre? Nadie lo sabe, ni siquiera ellos

Cuando termine la gira en diciembre, ¿qué pasará? Nadie lo sabe. Ni siquiera ellos.

¿Volverán al estudio? Tal vez. ¿Se separarán definitivamente? También es posible. ¿Encontrarán la manera de seguir adelante a pesar de sus diferencias? Esa es la apuesta.

Lo que sí sabemos, lo que Fanky.cl puede afirmar con certeza después de analizar todas las entrevistas, declaraciones y movimientos de la banda, es esto: el simple hecho de que Radiohead suba al escenario en noviembre de 2025 es, en sí mismo, un triunfo.

No un triunfo del rock. No un triunfo del arte.

Un triunfo de la terquedad humana de seguir intentándolo, incluso cuando todo indica que sería más fácil rendirse.

Y en una era donde todo parece diseñado para fracturarnos, donde cada desacuerdo se convierte en una grieta insalvable, donde la polarización es el estado por defecto, ver a cinco tipos que ya no están de acuerdo en lo fundamental pero que aún así deciden tocar juntos…

Bueno, eso es casi revolucionario.

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Preguntas frecuentes sobre el regreso de Radiohead

¿Cuándo y dónde toca Radiohead en 2025?

Entre el 4 de noviembre y el 12 de diciembre, en residencias de cuatro noches en Madrid, Bolonia, Londres, Copenhague y Berlín. Todas las fechas están agotadas.

¿Habrá canciones nuevas o un nuevo álbum?

No hay material anunciado ni plan más allá de la gira. La banda ha sido clara: no han pensado en nada después de diciembre.

¿Por qué tocan «in the round»?

Buscan cercanía y una experiencia inmersiva a 360°. Es la primera vez en más de 30 años que usan ese formato, lo que lo hace especialmente significativo.

¿Qué pasó con «Let Down» en TikTok?

Se viralizó masivamente en 2024 y entró por primera vez al Billboard Hot 100, a 28 años de su lanzamiento original. La Generación Z la adoptó como himno de su ansiedad existencial.

¿Por qué Radiohead estuvo siete años sin tocar?

La pausa fue resultado de crisis personales profundas: el duelo de Thom Yorke tras la muerte de su exesposa y la depresión severa de Ed O’Brien en 2021.

¿Cuál es la controversia sobre Israel y Palestina?

Thom Yorke y Jonny Greenwood tienen posturas públicamente diferentes sobre si la banda debería tocar en Israel, lo que ha generado tensión tanto interna como externa.

Redacción Fanky

Somos un equipo que entiende el periodismo como un oficio vital, y nos movemos por la vida como una crew de grafiteros que va dejando pistas en los muros; o como una banda de música en la mejor gira del año; o como un colectivo de arte que piensa y crea sin tener más respuestas que la curiosidad constante. Nos gusta lo que hacemos y esperamos que te guste. Desde ya te decimos que nos encanta verte acá. Vuelve cuando quieras.

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