Tryo Teatro Banda celebra sus 25 años con una obra que dinamita la historia oficial
Santiago. Mayo. Una sala a oscuras. Un cello gime. Un actor suda. Otro salta de personaje en personaje como un equilibrista sin red. Y al centro de todo, un fantasma con uniforme: José Miguel Carrera.
No el de los billetes, no el de los libros escolares. Otro. Uno más incómodo, más humano, más terco. Ese que aún divide al país entre O’Higginistas y Carreristas como si el siglo XIX nunca se hubiera ido. Ese es el que Tryo Teatro Banda pone en escena en Carrera, su nuevo estreno en coproducción con Teatro Finis Terrae.
La obra debuta este jueves 8 de mayo y se presentará hasta el 1 de junio, con funciones de jueves a domingo. La entrada no es cara, pero el viaje es largo: desde las juntas revolucionarias hasta el fusilamiento en Mendoza. Todo comprimido en 70 minutos de teatro, música en vivo, humor feroz y una mirada sin filtros a un personaje que aún quema.
Un juglar no olvida
Francisco Sánchez y Sebastián Vila no actúan: exorcizan. Vila es Carrera, pero también es un actor que lo conoce desde adentro, desde los libros. Sánchez es todos los demás: O’Higgins, hermanos, enemigos, sombras. Es una batalla sobre un escenario donde nadie sobrevive ileso.
La obra es juglaresca, sí, pero también es política, lúdica, musical, incómoda. “La historiografía de Chile está atravesada por conveniencias políticas, en este caso de terratenientes”, dice Sánchez, como quien lanza una piedra al estanque.
La investigación comenzó en pandemia. Se sumergieron en textos históricos, en la mirada sesgada de Barros Arana, en la venganza escrita desde los campos de propiedad. Y de ahí surgió una dramaturgia viva, hilada entre improvisaciones, sesiones maratónicas, risas y lecturas.

No es solemnidad, es sangre y juego
Carrera no es un retrato en óleo. Es graffiti en movimiento. No hay solemnidad: hay vértigo. No hay próceres de bronce: hay hombres con miedo, con hambre, con hijos. Vila huye de los clichés. Lo suyo es energía pura, un guerrero con guitarra y clarinete en mano.
Porque sí, hay música. Mucha. En escena: acordeón, clarín, bombo legüero, darbuka, lira. Y una presencia hipnótica: María Clara Valle, cellista brasileña, que no solo toca, sino que dialoga desde su instrumento con los actores, como si la historia también pudiera gritar desde las cuerdas.
La música es original, compuesta por Sánchez junto a Simón Schriver. Y los instrumentos no son solo instrumentos: son armas, son cartas, son retratos animados. En el universo Tryo, todo se transforma. Nada es solo lo que parece.
Un cuarto de siglo de juglaría
Con Carrera, Tryo Teatro Banda celebra 25 años de existencia. Un cuarto de siglo haciendo teatro que canta, que narra, que se infiltra en aulas, festivales, plazas y teatros de Chile y América. Más de 3.500 funciones, más de 700 mil espectadores. Y un repertorio que no se detiene.
Su estilo, la Juglaría Contemporánea, es un artefacto escénico que mezcla música, historia, humor y actuación coral. Fundada en el año 2000, la compañía, Tryo Teatro Banda, ha llevado sus obras a países como Argentina, Colombia, Brasil, España, Inglaterra y México. Pero el corazón siempre está aquí, en la historia incómoda de Chile.
Hoy le toca el turno a Carrera. Mañana, quién sabe. Lo cierto es que mientras haya silencio oficial, habrá juglares con guitarra y memoria.

