Teatro Finis Terrae repone “La pequeña historia de Chile” en clave de comedia negra para pensar la educación, la identidad y el olvido
Una sala sin alumnos: ecos del Chile profundo
Cinco profesores. Una sala vacía. Pupitres que no hablan, pero gritan memoria. Así comienza el descenso. “La pequeña historia de Chile”, escrita en 1994 por Marco Antonio de la Parra, vuelve con una nueva producción a 30 años de su estreno, y lo hace como quien vuelve del exilio: con rabia elegante, con dolor aún vigente.
Dirigida por el premiado Francisco Krebs —reciente ganador del Premio Ópera XXI a la Mejor Producción Latinoamericana en España—, esta versión 2025 cuenta con un elenco de alto calibre: Paola Volpato, Camila Hirane, Cristián Carvajal, Manuela Oyarzún y Mauricio Flores. Un grupo de intérpretes que entra en trance para narrar el delirio de un país que insiste en olvidar su historia.
Del 10 de julio al 3 de agosto, la sala del Teatro Finis Terrae se transforma en ese espacio suspendido entre la muerte, la escuela y la patria: un naufragio, un grito contenido, una clase que nunca empieza.
El aula como campo de batalla simbólico
De la Parra lo advirtió en los 90: esta obra es “una delirante revisión a la imposibilidad de contar la historia contemporánea del país a través del oficio y los rituales de los maestros de Historia de liceos de provincia”. Y ahí está la clave. Lo que vemos no es sólo teatro. Es una exhumación emocional.
El montaje, financiado por la Convocatoria Pública 2024 de Teatros Universitarios del Ministerio de las Culturas, propone un cruce entre lo real, lo subconsciente, lo onírico y lo simbólico. Una puesta en escena visual y sonora que trastorna. El diseño integral es de Pablo de la Fuente; la música corre por cuenta de Alejandro Miranda; y la voz icónica de Fernando Solís —TVN, ADN— acompaña como un eco que nos recuerda que sí, esto es Chile, aunque cueste reconocerlo.
“El liceo parece más un naufragio que un instituto”, se nos dice. Y es así. Los profesores no sabemos si están vivos o muertos. Pero enseñan. Enseñan lo que el país no quiere aprender.
La historia como obsesión, el humor como arma
Marco Antonio de la Parra, condecorado con el Premio Max Hispanoamericano de las Artes Escénicas y el Premio a la Trayectoria de las Artes Escénicas en Chile, vuelve a poner el dedo en la llaga con esta obra que ya es un clásico. Y lo hace con amor.
“Debe ser, quizás, mi obra favorita”, confiesa el dramaturgo. “Un texto que construí lentamente, con mucho amor, esperando que pudiera ser montado por distintos profesores de todo el país, contando la historia de cómo la historia es muy difícil de contar”.
Y sí. La historia es difícil de contar cuando no hay alumnos. Cuando se repite una y otra vez la precarización del profesor. Cuando la memoria es una pantalla con scroll infinito. Cuando todo es meme y olvido.
Producción universitaria con alcance nacional
Esta nueva versión no es sólo teatro. Es política cultural. Es pedagogía. Es resistencia. Producida por la Universidad Finis Terrae, a través de su Escuela de Teatro, el Teatro Finis Terrae y la Dirección de Creación Artística, este es el primero de dos montajes que componen el proyecto impulsado por la Convocatoria de Teatros Universitarios 2024.
La segunda obra será Bodas de sangre, de Federico García Lorca, dirigida por Mariana Muñoz, en octubre. Ambas producciones recorrerán también el Teatro Municipal de San Joaquín y el Centro Cultural de San Antonio, fortaleciendo el circuito descentralizado de las artes escénicas en el país.

¿Cómo se llama la obra?
La pequeña historia de Chile, de Marco Antonio de la Parra.
¿Cuándo se presenta?
Del 10 de julio al 3 de agosto de 2025.
¿Dónde se puede ver?
En el Teatro Finis Terrae, Santiago.