Has visto las noticias en la televisión, las estadísticas en los periódicos, pero nada te prepara para la cruda honestidad de la imagen ganadora del World Press Photo of the Year 2024 del fotoperiodista Mohammed Salem.
La foto: Una mujer palestina, Inas Abu Maamar, abraza el cuerpo sin vida de su sobrina Saly, una niña de 5 años que murió junto con su madre y hermana cuando un misil israelí impactó su hogar en Khan Younis, Gaza.
World Press Photo of the Year 2024 premió este año el dramático registro de Mohammed Salem
La fotografía, capturada por Mohammed Salem de Reuters, es una ventana a un dolor inimaginable. Pero lo que la hace verdaderamente poderosa es la forma en que está compuesta, con cuidado y respeto, ofreciéndonos a la vez una mirada al mismo tiempo metafórica y brutalmente literal para una pérdida irreparable.
Salem, un veterano fotoperiodista palestino, sabe de lo que habla. Esta no es la primera vez que su lente documenta las consecuencias del conflicto en Gaza. De hecho, el jurado destacó que el mismo fotógrafo fue galardonado por el mismo tema hace más de una década.
Luego de que se hiciera conocido el resultado el periodista y redactor jefe de fotografía de El País, Moeh Atitar, publicó un lúcido artículo titulado Los premios World Press Photo se reconcilian con el fotoperiodismo donde resalta el valor gráfico y testimonial de la foto de Salem y al respecto señala que este reconocimiento «Premia el tesón de un gran profesional, con una larga trayectoria, que se cristaliza en estar documentando la aniquilación de su propia gente, presente ante el horror, sin añadir ni quitar nada, con la cámara y el objetivo 50 mm como únicas herramientas».
Y agrega: «Una fotografía que lo enseña todo sin mostrar más que unos centímetros de la mano de la Piedad que representa a todas las piedades palestinas que vemos a diario a través del trabajo de los fotógrafos palestinos».
El resumen de una tragedia
Pero esta imagen en particular, tomada apenas días después del nacimiento del propio hijo de Salem, es una «poderosa y triste instantánea que resume el sentido más amplio de lo que estaba sucediendo en la Franja de Gaza», según las palabras del fotógrafo.
Es una tragedia personal dentro de una tragedia colectiva, un recordatorio visceral de que detrás de cada estadística hay vidas destrozadas, familias rotas y un dolor que trasciende fronteras.
Testimonio de resiliencia
Fiona Shields, jefa de Fotografía de The Guardian y presidenta del jurado global, destaca la importancia de contar estas historias y sobre la fotografía de Salem dijo: «Es una imagen realmente conmovedora».
«Una vez que lo has visto, queda grabado en tu mente», dijo y agregó que la foto «funciona como una especie de mensaje literal y metafórico sobre el horror y la inutilidad del conflicto».
«Es un argumento increíblemente poderoso a favor de la paz».
Fiona Shields
El World Press Photo es mucho más que un premio de fotografía
Más allá de premiar imágenes excepcionales, el World Press Photo tiene un propósito trascendente: construir puentes entre realidades aparentemente distantes. A través de las lentes de estos talentosos fotógrafos, nos convertimos en testigos de las alegrías y las penurias que acontecen en rincones remotos del planeta.
En su sitio web señalan que «Cada año, los jurados independientes se enfrentan a la abrumadora tarea de revisar decenas de miles de fotografías para crear una selección que resista la prueba del tiempo. Sabiendo que es imposible incluir cada historia y cada perspectiva, deliberan, debaten y discuten para elegir una selección de historias que importen y premiar un trabajo excepcional».
A partir de este tipo de instancias de registro podemos mirar con otra perspectiva lo que durante todo el año vemos pasar por televisión y comprendemos que, más allá de la política hay ciertos puntos que son comunicantes a través de la fotógrafía que opera como un lenguaje común. Las risas de un niño en Madagascar resuenan con el mismo candor que las de uno en Ciudad de México. Y el abrazo desgarrador de una madre palestina al cuerpo inerte de su hija encuentra eco en cualquier cultura o latitud.
Es esta capacidad para trascender barreras lo que convierte a la fotografía documental en un vehículo invaluable para la empatía y la comprensión mutua. Cada imagen es una ventana a una experiencia ajena, una invitación a caminar una distancia en los zapatos del otro.
En un mundo cada vez más polarizado, donde los prejuicios a menudo superan a los hechos, iniciativas como el World Press Photo son un faro de lucidez. Nos recuerdan que más allá de las divisiones superficiales de raza, credo o nacionalidad, hay una trama común que nos une: la búsqueda compartida de sentido, conexión y una vida digna.
Y esa es precisamente la fuerza de la fotografía de Mohammed Salem. Porque no es sólo un testimonio del dolor, sino también de la resiliencia humana ante la adversidad, la brutalidad y la muerte.