Gabriel no es cualquier niño. Tiene 10 años, vive en Los Vilos, y en plena década del 70 decide cambiar la historia de su pueblo con un hallazgo paleontológico. No obedece al aula ni al molde escolar. No calza, simplemente. Pero sí descubre, sí sueña, sí contagia. Su historia real inspira El niño de los fósiles, la nueva apuesta de Teatro Marote, que se convierte en la primera obra chilena creada íntegramente bajo el formato de función distendida (Relaxed Performance), pensada especialmente para la comunidad neurodivergente y abierta a todo público.
El montaje —una coproducción entre Fundación Teatro a Mil y GAM, financiada por el Fondo Nacional de Fomento y Desarrollo de las Artes Escénicas, Convocatoria 2025— se estrenó el sábado 26 de julio en el Centro Cultural GAM y se mantendrá en cartelera todos los sábados y domingos hasta el 10 de agosto, cuando cerrará su ciclo como parte de FAMFEST 2025.
Marionetas, objetos y teatro inclusivo
El niño de los fósiles no solo narra una historia inspiradora. También abre un nuevo camino en las artes escénicas locales: un teatro pensado desde la sensibilidad y la inclusión, donde el espacio no excluye ni incómoda. La obra utiliza marionetas, teatro de objetos y música en vivo, con escenografía construida a partir de materiales reciclados, iluminación cálida, sin cambios bruscos, y un paisaje sonoro que evita estridencias. Todo cuidadosamente diseñado para crear una experiencia contenedora y amable, especialmente para espectadores neurodivergentes.
“Gabriel es un niño especial. Existen muchos niños especiales, muchos niños diferentes, invitamos a toda esa comunidad distinta a hacerse parte de la obra y sentirse representados con ella”, dice Scarlet Carrasco, directora y dramaturga de la obra. “por eso está pensada en formato de relax performance –de función distendida–, donde todos los elementos están dosificados para crear una experiencia cómoda para todo espectador”, añade.
Teatro Marote: contar desde el margen, habitar lo sensible
Esta es la tercera creación escénica de Teatro Marote, compañía nacida en pandemia y marcada por una mirada que cruza diversidad territorial, exploración estética y compromiso con las infancias. El niño de los fósiles retoma el universo de su primera obra audiovisual —del mismo nombre— estrenada en 2019, y lo traslada ahora al teatro en vivo con la técnica del marote: una fusión entre el cuerpo del intérprete y el de la marioneta.
“Creemos profundamente en que el teatro debe abrirse paso a escuchar a las infancias y dejar a un lado el adulto centrismo que nos guía en todo orden de cosas, las infancias también son una fuente de conocimiento, emotividad y experiencia infinita”, señala Carrasco. La obra propone así un espacio para pensar la neurodivergencia no como excepción, sino como una forma legítima y hermosa de habitar el mundo.
