“Pasta Láser”, la nueva obra del escritor Juan Carreño (Rancagua, 1986), publicada por Ediciones Taller del Libro de la ciudad de Concepción, es una novela que explora desde el relato histórico los pormenores y detalles del plebiscito del 4 de septiembre de 2022 en torno a los personajes de la “Carlita” y Rene Puente, pareja de amantes y cantantes urbanos que recorren en una gira musical distintas ciudades y pueblos del sur del país.
Escrita con un tono poco católico, coprolálico y de una velocidad más allá de los límites permitidos por la narrativa local, podemos ver durante más de 100 páginas el delirio amoroso de Carlita y Rene Puente, en un tránsito perpetuo por buses en los últimos días de la pandemia del Covid y lejos del estallido social, pero a la vez muy cerca de esta pareja que, en estas páginas, no se guardan nada frente a los lectores: “Por ti me aguanto todos los peos, Carlita”, “Yo por ella me vacuno, saco el cuarto medio, toa la güeá”, “Voy a escribir a puros chupones mi nombre en tu pichula”, podemos leer en tres de las cientos de declaraciones amorosas presentes en el libro.
En exclusiva para Fanky, Juan Carreño, que entre otros exitosos libros ha publicado “Compro fierro” (poesía), “Budnik” (novela), “Neozona” (crónica) y “Paramar” (poesía), nos cuenta un poco más sobre este “monstruo” que acaba de lanzar al mercado, como también de sus próximos proyectos.
Fanky: ¿Qué es la pasta láser?
JC: Un estado epifánico promovido por el amor. Y una resaca eterna. Es como dormirse con sed y soñar que vuelas en busca de agua.
F: Hace tiempo que vienes publicando dos, incluso hasta tres libros por año, pasas del relato fantástico, como en “El camino a Cristo” (2023), la poesía reunida “Trópico parafina” (2023) o colecciones de largos poemas narrativos “Exvotos” (2022), además estás como editor de 7 escritores inéditos de La Pintana que este año publicarán sus primeros libros, se te ve a toda máquina, ¿cómo explicarías esta frecuencia? ¿Obedece a una estrategia editorial?
JC: Hace rato que me encadené económicamente a ganar plata escribiendo y publicando. Me gusta escribir y publicar al toque.
“Pasta láser” en primera instancia fue un poema de 160 páginas, tuve que pasarle varios cambios de estructura para que quedara en esta actual versión, que es solo un bloque narrativo, un ladrillo de texto sin un punto aparte, un delirio. Fue un proceso de poco menos de dos años. Un proceso corto en comparación con otros trabajos.
Me pasa que escribo caleta. Lo paso bien escribiendo. De hecho ahora no sé muy bien qué estoy haciendo. Creo que estoy escribiendo siete libros diferentes a la vez. Acabo de terminar un libro con cien sonetos y estoy a toda máquina armando los andamios de una roman noir.
Con “Pasta láser” me cagué de la risa, debe ser mi libro más jugoso hasta el momento. Hice lo posible para alejarme del tono de las novelas escritas según cálculos folclóricos hechos como un artefacto pa ganarse los concursos del estado. Esta es la güeá más cochina que me he despachado hasta el momento, y espero seguir así. Este es un libro perfecto para que profesores que quieran ser despedidos se lo hagan leer a sus alumnos.
F: Hace un rato, cuando veníamos caminando, nos hablaste de la “caña moral de la escritura”, ¿nos podrías profundizar un poco más?
JC: Claro, pasa que he desarrollado varias hipótesis sobre la escritura y la edición haciendo talleres; este año, junto a Josefina González, estamos con 4 grupos distintos, y en este contexto, con los diferentes grupos hemos llegado a identificar ciertos estadios o niveles en el que un poema existe, entendiendo el poema como manifestación material de percepciones de lo que pueda alcanzarse como poesía, de base una güeá objetiva, la fragilidad de los segundos en un gesto decisivo, palabras mal dichas, por tanto mal escritas y mal pensadas. Me encanta lo mal pensado.
En este sentido, cuando uno escribe, puede jugar en tres canchas. La primera es de cuando uno está embalao, esa güeá de estar abandonao en la escritura, la vida te repasa como un hilo dental el corazón. Estai enamorao a cagar. La naturaleza es locuaz, todas las canciones tienen sentido, a este nivel yo lo llamo el envaginamiento. Y vamos llenando cuadernos, celulares y carpetas con cientos de words. En esta parte te despertai llorando, pero de risa.
La segunda parte es la caña moral de la escritura. Pasa el tiempo y las palabras quedan, se revisan y te agarra una vergüenza tan genuina e intensa, en esta parte muchos poetas abandonan, queman sus cosas, se centran en ganar plata, en volá se hacen gestores culturales. La caña moral de la escritura es brígida. Y por publicar como estoy publicando a veces me he saltado esta parte.
«Pasta láser” es un remix de otro poema llamado “Mascarilla negra”, que publiqué sin mucho tiempo de maduración, intentando ingenuamente que la escritura tenga el mismo ritmo y tiempo que la vida, y como uno nunca termina de equivocarse, comencé a escribir al toque al día siguiente que ganó el rechazo el 2022, en el avión rumbo a Ciudad de México, me sentía más muerto que Piñera, y en dos meses allá me despaché un poema narrativo de 160 páginas, de las que publiqué un adelanto, prometiendo en el mismo libro (Exvotos, publicado en Chile y México), la pronta aparición del texto completo. Jugar a las novelas por entregas. Pero me dio caleta de vergüenza jugar mi biografía tan evidente en el poema. Mi suegrita tenía el libro en su cómoda. Por haberme saltado la caña moral no podía enfrentar el texto de la misma forma, por lo mismo, comencé a jugar con algunos personajes que terminaron siendo la Carlita y Rene Puente, mi intención es generar un mensaje de amor para todas las poblaciones del país, pa que se entienda que hay muchas formas de enfrentar lo que fuimos, y que se puede pasar bien en el intento.
Y bue, aquí viene el tercer estadio, que sería el de tomar aire y continuar la ascensión al cerro que es volver a confiar en tus palabras como un trabajo metódico, no de perfección, es más como un avance, un sistema bien a lo bruto la verdad, pero no tengo tiempo pa andar siendo buena onda y obligadamente empático con ningún culiao, la idea de “Pasta láser” es correr el cerco, desalambrar, pegarle un turbazo a los libros Fórmula 1 de mi generación (ya en los 40´s) que se llenan de stiquers de sus auspiciadores simbólicos y políticos pa subir sus puntajes en los concursos, en toda esta lógica ctm de escribir un poema como si estuvieran respondiendo la PSU o fuera un ensayo filosófico buena onda, encantador.
F:¿Dónde conseguimos “Pasta láser”?
J.C.: Conmigo. La mayoría de mis libros los pueden conseguir conmigo. De hecho, esta semana estaré haciendo entregas en bici por Santiago antes de irme al sur. Me escriben al Instagram y la hacemos.
F: ¿Nos puedes contar un poco más sobre tus próximos proyectos?
-Ahora, esta misma semana, luego de repartir los “Pasta láser”, agarro mi bici y me voy a Quellón, en Chiloé, pedaleando. Espero hacerla en 20 días. Entremedio, pasaré a Concepción al “II Encuentro de la escritura en invierno”, organizado por Taller del Libro, donde haré el primer lanzamiento de la pasta. Luego sigo hacia el sur, siempre pedaleando, a la mierda la lluvia.
El objetivo de moverme en bici es el de ir fotografiando animitas. El 2020 hice lo mismo, también en bici, y salí de mi casa en La Pintana y llegué a Iquique.
En esa ocasión pude fotografiar más de 500 animitas. Mi idea es publicar el próximo año un libro con estas fotos, más sus poemas sobre el viaje y la muerte. Quiero hacer un libro de mil páginas, a todo color, papel blanco, una güeá carísima, de esos libros que se venden en 100 lucas en el aeropuerto.